Jóvenes de toda Extremadura y de otras partes de España disfrutan estos días de los campamentos de verano, muchos de ellos en la provincia de Cáceres, donde la naturaleza y las gargantas son el mejor escenario.
“Estamos aprendiendo deportes nuevos, yo nunca había hecho kayak”, contaba uno de los participantes. Las jornadas empiezan pronto y con disciplina, aunque, como dicen, “merece mucho la pena” porque conocen a gente nueva, se divierten y aprenden a ser más autónomos.
Monitores y coordinadores coinciden en que la experiencia es un regalo, tanto por el entorno como por los valores que se llevan: compañerismo, respeto y la importancia de cuidar unos de otros. Volverán a casa con recuerdos inolvidables y muchas historias que contar.