Era una imagen muy esperada, y más después de los estragos que ha sufrido la zona. La variedad más preciada de cereza, la picota, comienza a certificarse en la agrupación de cooperativas del Valle del Jerte.
El fruto tiene muy buena calidad, dicen los agricultores, pero la cantidad, como les venimos contando, es muy inferior a la de pasadas campañas. Tan sólo está entrando el 10% de los 350.000 kilos certificados en campañas anteriores. Aun no se sabe la previsión final, ni cuánto durará su recogida.
Las cajas comerciales de cerezas y picotas de este año llevan un sello llamado ‘Jerteña’... todo un guiño a la mujer rural; a la mujer trabajadora de las comarcas de La Vera y el Valle del Jerte.
De esta forma, su valor y entrega viajarán por todo el mundo. Hemos hablado con Auxiliadora Ramos, que lleva toda una vida ligada a la cereza. Sus padres eran cereceros y ella lo ha mamado desde pequeñita.
Sabe la dureza de este trabajo, pero también lo gratificante que es. Por ello el sello Jerteña que llevan este año las cajas de cerezas refleja la igualdad en el mundo rural.
Además se ha elaborado un libro con testimonios de 19 agricultoras.