Ha vuelto a emerger en su totalidad, y casi como por arte de magia, el tesoro del embalse de Valdecañas.
El dolmen de Guadalperal de nuevo muestra sus milenarias piedras y su gran complejidad arquitectónica, como si el tiempo nunca hubiera existido. O tal vez sí, porque su menhir principal, con ese posible mapa realista del curso del Tajo, aparece ya un poco más erosionado.
Raíces pide su traslado
Es la segunda vez, desde 2019, que este espectacular yacimiento queda a la vista de todos por completo y permite llegar hasta él para poder admirarlo. Una segunda oportunidad, opinan desde la Asociación Raíces de Peraleda para rescatarlo. Y es que un informe geológico certifica que el monumento en pocos años quedaría destruido si no se saca pronto del agua.
El presidente de la Asociación, Ángel Castaño, asegura que "no hay piedra que aguante salir y entrar cada dos por tres del agua".
"No hay piedra que aguante salir y entrar cada dos por tres del agua"
Y añade que el rechazo a moverlo de los arqueólogos de la Junta, basado en el contexto y los riesgos del traslado, "no tiene fundamento porque son muchos los monumentos que se trasladan para protegerlos, conservarlos y convertirlos en un reclamo turístico".
Reclamo turístico
Reclamo turístico con repercusión internacional que ya ostenta este conjunto megalítico. Una oportunidad que la Junta de Extremadura y la comarca de Campo Arañuelo no quieren desaprovechar.
Por eso, la Consejería de Cultura ultime ya un plan de trabajo, en colaboración con el Ministerio y los alcaldes de la zona, que contempla excavaciones arqueológicas, catalogación y prospecciones.
También, actividades turísticas. Entre ellas, la posibilidad de visitar el dolmen en catamarán para admirarlo antes de que lo vuelva a engullir el agua. Hasta entonces, solicitan a quienes vayan a visitarlo responsabilidad
El dolmen de Guadalperal, a un paso de ser Bien de Interés Cultural
