La excepción de la campaña de fruta de hueso es la cereza. No han tenido suerte en el Jerte. El agua las ha agrietado y han tenido que adelantar la recogida.
José Luis Crespo cifra su producción de este año en un 20% de la habitual. La lluvia ha dejado un daño irreparable en el fruto.
"Están hechas cachos, por mucho que se quiera coger picota el trabajo va a ser mucho, quizás no sea ni rentable coger en la mayoría de los cerezos picotos"
Después de tantos días de lluvia, el sol produce lo que llaman "la mancha", por donde la cereza termina pudriéndose. En una hora ni siquiera llena un cesto que antes rebosaría en 10 minutos de recogida.
"Una situación en la que no vamos a cubrir gastos. Es decir, que no tenemos un año de 12 meses, tenemos un año de 24"
Las cifras globales tampoco son alentadoras. Los 5 millones habituales de la variedad ambrunés este año rondarán los 3 y medio, según nos ha dicho Jesús Salvador Sánchez, del Consejo Regulador.
Una variedad, la picota, que tiene unas características muy reconocibles:
"Es muy dura, tiene un sabor único, es pequeña pero es muy rica"
Eso sí, la calidad sigue estando garantizada. No así las exportaciones, que habitualmente rondan el 50%.