La habitación donde el equipo de fútbol Salorino guardaba todas sus pertenencias ha quedado... prácticamente vacía.
Primero, los ladrones forzaron la cerradura del pabellón municipal, entraron en el gimnasio, no se llevaron nada, y accedieron a todo el material del equipo.
Pero no tuvieron suficiente, porque también entraron en la nave municipal, donde el ayuntamiento guardaba todo tipo de maquinaria.
Y la lista de hurtos no termina: los cacos se quedaron con ganas de más y accedieron a la piscina del pueblo.
Un pueblo que ha visto cómo, en tan solo unas horas, les han arrebatado todo aquello por lo que llevan años luchando.
Ahora toca hacer balance de daños. Unas pérdidas que podrían oscilar entre los 15 y los 20 mil euros.