Una mujer de 50 años se encuentra ingresada en la UCI del Hospital Virgen del Puerto de Plasencia debido a complicaciones derivadas de la exposición a las altas temperaturas. Este caso pone de manifiesto los riesgos graves que conllevan las olas de calor, especialmente en los días más calurosos del verano. La mujer pertenece al área de salud de Navalmoral de la Mata.
Este verano ya se han registrado dos fallecimientos en la región a causa de golpes de calor, en Badajoz y en Plasencia, y desde el Servicio Extremeño de Salud (SES) han emitido un recordatorio a la población sobre los peligros que suponen las temperaturas extremas, que pueden causar desde calambres y deshidratación hasta insolaciones y golpes de calor. Estos últimos pueden desencadenar problemas multiorgánicos graves, con síntomas que incluyen inestabilidad en la marcha, convulsiones e incluso coma.
¿Cómo reconocer un golpe de calor?
Los síntomas de un golpe de calor pueden ser tener la piel roja, caliente y seca; falta de transpiración; respiración y frecuencia cardiaca acelerada; dolor palpitante de cabeza; y alteraciones del estado mental como vértigos, mareos, desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento. Es crucial reconocer estos signos para actuar rápidamente y evitar consecuencias más graves.
Las personas más vulnerables ante el calor extremo son los mayores de 65 años, los menores de cuatro años, las embarazadas, y aquellas con enfermedades crónicas o trastornos de la memoria. Además, quienes reciben tratamientos como diuréticos, neurolépticos, anticolinérgicos y tranquilizantes también deben extremar las precauciones.
Desde el SES se aconseja a la ciudadanía tomar medidas preventivas: evitar la exposición al sol en las horas centrales del día, beber abundantes líquidos, especialmente agua y zumos refrigerados, y evitar comidas copiosas y bebidas alcohólicas. Es fundamental no esperar a tener sed para hidratarse, ya que esta es una señal tardía de deshidratación.