Antes la mujer en el Valle del Jerte sólo participaba en las campaña de la cereza. A la sombra del marido. Ahora lo hace todo el año. Lo dice Marixili, cuya vida ha estado ligada a la cereza. Sus padres eran cereceros y nadie como ella para saber lo bueno y lo malo de esta profesión.
Precisamente para rendir homenaje a las mujeres como Marixili y para favorecer la igualdad en el campo, este año en las cajas llevan un sello de homenaje a su trabajo: 'Jerteña'. Es un distintivo para valorar aún más las cerezas del Valle del Jerte y la comarca de la Vera y a la mujer trabajadora de estas zonas rurales.