En los tiempos que corren es difícil encontrar a zapateros como José Murillo, que mantiene vivo el oficio que aprendió de su padre y abuelo, y que hoy recuerda con añoranza.
También está Gabriela Chavero, nacida en una familia de carniceros. Hoy nos muestra orgullosa los utensilios con los que sus antepasados pesaban y trataban la carne.
Y junto a ellos, lecheros, herreros, peluqueros, costureras o silleros: Oficios ya lejanos que nos recuerdan cómo era la vida antes.
"No queremos que los pequeños se pierdan lo que se había antes manualmente"
En un mundo invadido por las máquinas y las tecnologías, en este rincón de La Serena han hecho un viaje al pasado para que ellos, los más jóvenes, vean y valoren la importancia de conservar los oficios antiguos.