Es gallego, pero su historia lo ha enraizado en nuestra región. Él es uno de los responsables de que hoy el Betis apueste especialmente por el talento extremeño. Álex Lombardero hizo historia con la España que ganó el Mundial Sub-20 en 1999, junto a compañeros como Xavi o Casillas. Pasó por las filas del Mérida y del Díter Zafra. Pero una enfermedad degenerativa iba a apartarle del fútbol. Lleva viviendo más de quince años en Calamonte, donde llegó a vender cupones. Un día, volvió a encontrarse con el deporte: hoy se dedica al scouting del equipo bético en Extremadura. Algo que comenzó de casualidad. "Me pidieron si podía hacerles un favor y elaborar un informe de un jugador, Rodrigo Marina, que sigue con nosotros", afirma, "tras ello, me fueron llamando cada fin de semana, hasta que firmé mi contrato".
Hoy, Álex se empapa con pasión del fútbol base extremeño. "Nuestro objetivo es tener un conocimiento total del jugador, incluyendo el entorno", indica. "Hacemos mucho hincapié en el tema de los estudios, más que jugadores formamos personas", asegura Álex.
De la cantera verdiblanca han salido extremeños de la talla de Rodri. De la mano de Álex llegaban nombres como Tiago Polo, Ángel Nevado o el mismo Assane Diao. "No tuve la velocidad para firmarlos y se adelantó el Cádiz, pero lo conseguimos después", revela. Aunque su área es el futbol masculino, también fue responsable de la llegada de Arantza Díaz: "Daba entrenamientos específicos y ella venía conmigo, una niña con un talento brutal", cuenta, "me puse en contacto con el club y se le dio la opción".
Álex rozó la gloria, pero la vida le dio un revés. Ahora lucha para que mucho extremeños puedan cumplir su sueño.