Se enfrentaba a una pena de hasta 15 años de prisión, pero finalmente ha sido condenado a 6 meses de cárcel. Así lo recoge la sentencia aprobada esta mañana en la Audiencia Provincial de Badajoz contra el único acusado por el robo con violencia cometido en 2015 en un chalé de la ciudad.
Absuelto por falta de pruebas
Según el testimonio de los dueños a la policía, fueron asaltados por tres personas, pero solo se detuvo a un hombre, acusado de un delito de robo con violencia y dos delitos de detención ilegal, ya que la banda maniató y escondió en el sótano a los moradores mientras robaba en la vivienda. Ahora el único acusado ha sido absuelto de esos delitos por falta de pruebas.
La Fiscalía, que inicialmente había solicitado una pena de casi 15 años de cárcel para el acusado, reconoce que no existen pruebas suficientes y que de lo único que se le puede acusar es de un delito de receptación, ya que cuando el acusado fue detenido tenía en su poder un reloj que había sido robado en esa vivienda. "Respecto al robo con violencia había pocos elementos de prueba y por eso hemos valorado las circunstancias y era muy aconsejable que quedara acreditada esa receptación- ha asegurado Diego Yebra, fiscal del caso- y no hacer pasar a las víctimas por el proceso de tener que declarar en un juicio y pasar por ese momento tan terrible".
Acuerdo de conformidad
La defensa, que inicialmente pedía la absolución del acusado, ha aceptado el acuerdo porque entiende que es proporcional. "Mi defendido ya reconoció en 2015 que había comprado un reloj de forma ilícita en un poblado de Madrid, pero siempre hemos defendido su inocencia, porque no ha habido ningún tipo de participación directa de mi defendido", aseguraba tras el acuerdo Marco Antonio Mateos, abogado de la defensa.
Entre las pruebas que el Ministerio Fiscal tenía contra el acusado, estaban el reloj encontrado y la geolocalización de un teléfono móvil en el lugar de los hechos que su defensa niega que fuera de su propiedad. También el testimonio realizado en 2015 por los dueños de la vivienda reconocían que los asaltantes que los maniataron eran de raza caucásica, mientras que el único acusado por los hechos es de raza negra.
La sentencia, que llega siete años después de ocurrir los hechos, es firme.