Dos grandes bailaores, Fernando Jiménez y Ángel Fariña, llegaban desde Sevilla hasta el Centro de Flamenco Jesús Ortega para desplegar su pasión en Badajoz. Así lo expresa Jiménez:
"El flamenco es todo, no concibo la vida sin bailar, soltar emociones cuando estás alegre, triste..."
Y Fariña apuntaba que en Badajoz hay mucho potencial, y agradecía el cariño recibido en la ciudad.
"Nos encanta que haya iniciativa porque hay una cantera que viene fuerte y es importante darle un empujón"
Un crecimiento exponencial entre una afición cada vez más numerosa.
"El flamenco no es sólo andaluz, también extremeño. Ha habido siempre una tradición muy grande aquí"
Y un arte que así, en formato íntimo, se disfruta tanto o más intensamente.