Este sábado, 13 de enero, se cumplen 100 años del nacimiento de Porrina de Badajoz. Nació en el casco antiguo pacense, en 1924, y ya, desde niño, su voz se hizo notar.
A los 10 años cantaba en las tabernas a cambio de la voluntad, y a los 11, en la Plaza de Toros de Badajoz, triunfaba como 'Niño Porrinas, el gran cantaor de fandangos'.
Encontró la fama en Madrid con 28 años, aunque su éxito definitivo llegó con la copla andaluza. Todos los que le conocieron aseguran que Porrina tenía el mejor bajo que ha dado la historia del flamenco. Para Paco Zambrano, flamencólogo, "lo primero que destacaban del Porrina era la voz: una voz especial, personalísima, con un registro muy especial, unos altos y unos bajos y una tremenda velocidad en la voz que le permitía subir y bajar y mecer el cante en los bajos". Zambrano considera al genio pacense como el mejor bajo en la historia del flamenco. "Tenía una casi perfecta afinación y algo raro en un cantaor gitano: melodía y musicalidad", añade.
Una característica que le permitía llegar a todos los públicos y que le convirtió en referente para el mundo del flamenco. "Es el que, partiendo de la base flamenca regional, te abre a un flamenco nacional. Ya no por sus cantes sino por su forma cantaora. Su forma de cantar te abre a otros registros y a otros artistas más globales e incluso más íntimos, más del estudio", considera el cantaor flamenco Francisco Escudero.
Hoy, un siglo después de su nacimiento, el legado artístico de Porrina de Badajoz sigue latente en todos los rincones de su ciudad. Para recordar a esta leyenda del flamenco, Canal Extremadura Radio y el programa 'Palos y quejíos', han emitido un especial que pueden volver a escuchar en nuestro sitio web.
