La bodega del restaurante cacereño es una de las más afamadas del país
El restaurante cacereño Atrio ha sufrido en las últimas horas el que ya se conoce como el "robo del siglo XXI" tras comprobar que unos ladrones se han llevado 45 botellas de vino cuyo valor total supera los dos millones de euros.
La Policía Nacional investiga ya estos hechos que han provocado una pérdida millonaria al restaurante cacereño del que se han llevado "un trozo de su historia y de la historia de Cáceres" tal y como reconocía a Canal Extremadura Toño Pérez, uno de sus propietarios.
La investigación se centra ahora en las cámaras de seguridad para intentar seguir el rastro de los exclusivos ladrones mientras los propietarios del restaurante comienzan a atar cabos mientras tratan de entender cómo pudo llevarse a cabo.
Un robo de película
José Polo, copropietario de Atrio, ha adelantado que se sospecha de dos clientes alojados en el hotel y que habrían trabajado de manera orquestada para llevar a cabo este robo sin cometer apenas fallos. "Lo han hecho unos profesionales europeos que han venido a buscar algo muy concreto" ha dicho Toño Pérez.
Atrio cree que los ladrones fueron dos huéspedes del hotel, de origen europeo y conocedores a la perfección del alto valor económico que tenían las botellas de vino que se han llevado. Son la joya del restaurante y todo apunta a un plan perfectamente medido para llevarlo a cabo.
"Han sido unos profesionales. Lo han organizado con una limpieza y trabajo profesional"
Así, y tal y como apuntan los propietarios del restaurante Atrio, los huéspedes que ahora están bajo sospecha, pidieron que les llevaran la comida a la habitación y podrían haber aprovechado el momento del servicio para hacerse con el preciado botín.
La botella de los 350.000 euros
Entre las botellas de vino que los ladrones se han llevado de Atrio se encuentra un Château d’Yquem 1806 recorchada en el Château en 2001, un caldo exclusivo y único cuyo valor en la carta del restaurante -todavía presente en su carta- es de 350.000 euros.
“215 años de historia de España, de guerras, de tiempos de paz y de la construcción de una Europa unida"
Se trata de "la gran pasión de la casa" tal y como explican a sus consumidores en la carta y que han consumido amantes del vino como Thomas Jefferson, presidente de los Estados Unidos, el emperador de Japón, Charles de Gaulle o Stalin, que, tal y como reza en su página web, "pidió plantas a la bodega para intentar aclimatarlas en Ucrania sin demasiado éxito".
Su valor también se debe al escaso rendimiento de la bodega, cerca de siete hectolitros por hectárea y unas 1.000 botellas. La de 1806 ya fue salvada de su desaparición en una historia que ahora será recordada con un valor especial.
“Esa botella era parte de mi historia personal, casi parte de mí, de la historia de Atrio, pero también de Cáceres, de sus ciudadanos, de todos los amantes del mundo del vino; ella es la botella, imposible de sustituir por lo que de esfuerzo, sacrificio y amor a una profesión y al vino ha conllevado” han señalado en una carta.
El paradero de la botella de los 350.000 euros se desconoce
La enóloga Isabel Mijares ha declarado en el programa de Canal Extremadura 'A esta hora' que es una auténtica pérdida la que se ha producido "en la mejor bodega de toda España". La experta en caldos ha explicado que los propietarios de Atrio han luchado por conseguir cada botella de vino, por lo que este robo afecta a "un sueño que provoca mucha tristeza".
"Más que un robo es como si nos hubieran forzado, amordazado y apaleado"
Se trata, añade, de un proyecto de años en el que han perseguido los mejores vinos del mundo para ofrecerlos a su clientela. Una búsqueda a favor de la gastronomía extremeña y española tal y como detalla.
La increíble historia de la botella
La botella de Château d’Yquem 1806 es "la botella" y su historia no es menos increíble que su precio, que se revaloriza año a año por su escasa producción y su alta demanda. Es un vino dulce cuyo recipiente se rompe porque está hecho a mano y envuelto en papel transparente para proteger su etiqueta.
Es precisamente ese papel film el que salvó al caldo de su desaparición tras haber sido ganado en una subasta e introducido en una caja para su conservación. José y Toño fueron entonces a Burdeos para reacondicionar el recipiente tras comprobar que no era una falsificación.
"Nos han robado la botella, pero la historia sigue siendo nuestra".
El valor de la botella es tal que José Polo ha dado la orden de reponer las botellas en los huecos que han dejado los vinos robados salvo el que ocupaba este caldo único y cuya historia sigue viva pese al suceso que ahora protagoniza.
Una de las botellas robadas en Atrio tenía un valor de 350.000 euros