No es la Acrópolis griega, no necesitó 22.000 toneladas de mármol para su construcción ni tardó en levantarse una década. En la a zona conocida como El Palmeral, en el triángulo comprendido entre las poblaciones pacenses de Don Benito, Villanueva de la Serena y La Haba se encuentra esta llamativa construcción que en sus formas recrea la esencia helena en el mismo centro de las Vegas Altas extremeñas.
Lo que en principio iba a ser sólo un nuevo parque o pulmón verde para las décadas venideras terminó convirtiéndose en todo un símbolo del compromiso de la ciudad con un futuro respetuoso con el medioambiente.
En un primer vistazo se observa un templo de moldura clásica, a semejanza del que en el 449 a.C., Pericles persuadió a los atenienses de la necesidad de erigir como testimonio de la grandeza de la ciudad, aunque, tras sus formas, esconde mucho más. Se trata de un monumento a la ecología, realizado con materiales reciclados.
Sus 34 columnas no responden al estilo dórico (de hecho a ningún orden) y se han erigido aprovechando tubos empleados en el regadío y cedidos por la Confederación HIdrográfica del Guadiana. Sostienen un friso metálico en una estructura ideada por el taller de empleo local. El resto de materiales son acequias y adoquines de hormigón de la propia ciudad de Don Benito. En 2011 se le añadiría una estructura metálica a modo de techo.
Tres años después se representaría la primera obra allí: una versión de la Antígona de Sófocles a cargo de los alumnos del taller de teatro de la Escuela Municipal de Danza y Artes Escénicas de la población calabazona. Las 400 sillas instaladas al efecto fueron ocupadas en su totalidad por los espectadores.
Como curiosidad señalar que en España existe otra réplica del Partenón: es la iglesia de San Jorge del pueblo de Las Fraguas en la comarca del Besaya. Es uno de los edificios neoclásicos más importantes de Cantabria