Extremadura sufrirá menos los efectos de la crisis económica del coronavirus. Aún así, cerrarán unas 4.000 empresas, que en opinión de Pedro Rivero, economista y profesor de la UEX, "ya no eran viables antes de la pandemia". Es la cruz de esta crisis de origen sanitario que ha analizado la universidad extremeña. La cara es que se habrán salvado 3.000.
Son malos datos pero mejores de los que arrojó la debacle del 2008, provocada por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y el rescate de los bancos que se llevó por delante 6.000 empresas.
Habrá menos cierres y pérdidas de empleo gracias a los ERTES y la inyección de liquidez a las sociedades mercantiles y autónomos. Otra de las razones por las que la Comunidad amortiguará mejor el impacto negativo de esta crisis se debe a la composición de la economía regional. En esta ocasión, el mayor peso de la agricultura y la agroindustria ha sido un aliado porque son sectores esenciales y siguieron activos durante el confinamiento. También tiene a su favor que el peso del turísmo, el más perjudicado por los efectos de la pandemia, es mucho menor, la mitad, que en el conjunto del país.