La sequía está llevando al campo extremeño a una situación dramática. En muchos casos, los agricultores tienen que renunciar a sus cultivos debido a la falta de lluvia y que tienen limitado el riego en un 35%. Mientras que a los ganaderos tampoco le salen las cuentas. La escasez de agua les está obligando a comprar pienso para que puedan comer sus animales.
Alberto Arroba es agricultor en Talavera la Real. En su invernadero, donde crecen las plantas de tomate que prevé sembrar, se muestra preocupado porque no sabe si finalmente podrá sacar adelante toda la cosecha. "Ahora mismo no llueve nada. Para sembrar tenemos que tener humedad. Y si tenemos que gastar agua de aquí a un mes para empezar a cultivar...pues va a ser un desastre".
"Voy a tener que abandonar la mitad de lo sembrado"
Y es que la falta de lluvias, unida a la limitación del riego, le ha obligado a reducir las doscientas hectáreas que sembró el pasado año casi a la mitad. Además de tener que renunciar a otros cultivos.
"En otro sitio tengo alfalfa y voy a tener que abandonar la mitad de lo sembrado"
"Tendré que vender. No puedo afrontar ese alto coste"
La misma situación sufre María Pita. Su rebaño de Calamonte bebe de una charca que apenas cuenta con un poco de agua de las lluvias de noviembre. Si continúa sin llover dice tendrá que plantearse comprar alimento para sus 400 ovejas. "Sería pasar de cero coste del año pasado, que no tuve que comprar comida ninguna, a todo lo que me vaya a gastar este año, que pueden ser miles de euros. Habría que vender. Yo no podría soportar ese coste."