La Junta de Andalucía ha iniciado el trámite para crear la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de la aceituna manzanilla sevillana, a instancias de la Asociación para la Promoción de Aceitunas Sevillanas.
Este paso ha generado la oposición de Extremadura. La Consejería de Agricultura, un grupo de productores de Almendralejo y otro de Badajoz han presentado alegaciones en contra. Sin embargo, el Gobierno andaluz ha rechazado sus argumentos.
Manuel Zambrano, responsable de aderezo de la cooperativa extremeña Viñaoliva, asegura que los productores afectados piensan convocar una reunión "en breve" para analizar la situación y, probablemente, "interponer una demanda judicial y defendernos otra vez, como ya tuvimos que hacer hace ocho años".
El conflicto radica en que, según Andalucía, la reputación de la aceituna sevillana es anterior a su expansión a Extremadura. No obstante, Zambrano argumenta que la variedad y el manejo del producto son idénticos en ambas regiones.
"Seguimos defendiendo que nuestra manera de coger la aceituna también es antigua, igual que la suya. Y nuestros olivos son de la variedad manzanilla, su ADN es cien por cien igual", defiende el experto.
El nombre es clave para exportar
Para los productores extremeños, el control del nombre de la variedad es crucial, especialmente en términos de exportación, dado que la denominación "manzanilla sevillana" tiene una gran relevancia en mercados internacionales, como el de Estados Unidos.
Ante esta situación, Zambrano apuesta por la creación de una entidad única que represente los intereses de todos los productores de este tipo de aceituna en España: "Nosotros seguiremos peleando para crear una sola entidad que defienda las aceitunas de España o las manzanillas de Sevilla, juntos".
Según el representante de Viñaoliva, es una tarea que se debería haber iniciado hace tiempo.