El año que termina ha sido especialmente difícil para muchos negocios, sobre todo los de hostelería, turismo y comercio, y los relacionados con grandes eventos. Wedding planers que se han quedado sin bodas, restaurantes sin clientes, hoteles sin huéspedes o agencias de viajes sin destinos ni viajeros.
Sólo en el sector del turismo han cerrado 400 establecimientos, la mitad de ellos, de manera definitiva. También lo hizo la red de Hospederías a principios de noviembre. Y el resto de bares y restaurantes que se mantienen abiertos, siguen capeando el temporal de medidas y restricciones, mientras buscan nuevas fórmulas para captar clientes.
La pandemia ha cerrado fronteras y cancelado vuelos, por lo que negocios como las agencias de viajes han visto caer su facturación hasta en un 90%.
El comercio minorista también se ha visto fuertemente azotado por la crisis sanitaria y muchos negocios han caído, mientras otros subsisten mirando al horizonte de una posible mejora de la situación, que les permita sanear sus cuentas.