La violencia de género en los pueblos es casi invisible. Eso, al menos, es lo que se desprende de las pocas denuncias que se registran en el entorno rural. Y eso, a pesar de que el último estudio que ha elaborado Fademur, la Federación de Mujeres Rurales, revela que seis de cada diez mujeres que viven en el medio rural conocen a alguna mujer que sufra o haya sufrido violencia de género.
La explicación, según la presidenta Catalina García, es que "en un entorno de vecindad como son los pueblos, las mujeres están mucho más condicionadas a la hora de confesar que sufren maltrato". "En muchos casos, si la víctima se tiene que dirigir al municipal puede ser familia o amigo del propio maltratador. Y esto, complica mucho la situación".
"Si la víctima se tiene que dirigir al municipal puede ser familia o amigo del propio maltratador"
En una entrevista concedida a Canal Extremadura, García ha insistido en la necesidad de formar a las mujeres y a personas que las puedan ayudar en los pueblos.
La educación es clave
De ahí, el proyecto que Fademur está llevando a cabo en municipios de menos de 5.000 habitantes. Se llama 'Sembrando conciencias, recogemos igualdad' y forma a responsables políticos en este tipo de situaciones. Para que sean ellos los que asesoren a la víctima. De esta forma, ha añadido, la mujer se sentirá mucho más segura y acompañada en este difícil proceso.
Y además, ha puntualizado, "la educación sirve para que muchas víctimas se reconozcan como tal. A veces, cuando llevamos a cabo las acciones formativas, muchas mujeres se dan cuenta de que ellas también sufren violencia".
Por último, Catalina García ha destacado también la necesidad de que las mujeres conozcan todos los recursos que tienen a su alcance. "Desde convenios con taxis rurales a las Casas de Mujer de Cáceres o Badajoz". Y no dejar de analizar estos recursos, ha concluido, para valorar si son suficientes.