La llegada de una nueva temporada y el auge de las tendencias de moda han impulsado un fuerte incremento en la venta de ropa, alcanzando cifras récord en toda Europa. Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, cada ciudadano de la Unión Europea compra, en promedio, 19 kilos de ropa al año y genera 16 kilos de desechos textiles. Este fenómeno de "hiperconsumismo" en la moda tiene importantes repercusiones medioambientales.
Fast Fashion
El cambio de tiempo, sumado a la facilidad de acceso a prendas de bajo costo, ha incentivado a muchas personas a renovar su armario. "Siempre apetece comprarse algo nuevo con la llegada del buen tiempo", comentan algunos consumidores, quienes reconocen que la ropa asequible y las ofertas constantes fomentan las compras impulsivas.
El comercio online ha sido uno de los principales impulsores de este incremento en el consumo. La expansión de plataformas de moda rápida que ofrecen precios bajos y una amplia variedad de productos, ha transformado los hábitos de compra.
Este modelo de negocio, conocido como Fast Fashion o moda rápida, ha generado una producción masiva de prendas a bajo costo, pero también ha incrementado la cantidad de residuos textiles. En la Unión Europea se generan cerca de 7 millones de toneladas de desechos textiles al año, lo que equivale a 16 kilos por persona. Muchas de estas prendas terminan en vertederos o son desechadas tras un corto periodo de uso.
Ante esta situación, la Agencia Europea del Medio Ambiente ha instado a un cambio en el modelo textil, promoviendo un mayor enfoque en la calidad, la reutilización y el reciclaje de prendas.