Primer día laborable tras el cambio de hora y es posible que esta mañana les haya costado más levantarse de lo habitual. Se hace de noche después y solemos acostarnos más tarde, pero nos levantamos a la misma hora. El horario de verano es el que más notamos, sobre todo, los que padecen insomnio, que es un tercio de la población.
"La verdad es que yo lo estoy notando en el sueño", nos contaba una pacense en la calle. "Al dormir menos, estamos menos concentrados", asegura un estudiante. "Todavía estoy arrastrando el cambio de hora, quizás lo noto más hoy lunes", nos cuenta otra vecina.
Y todavía durará unos días. Y es que el cambio horario toca nuestro ritmo circadiano, o sea nuestro reloj biológico que está muy relacionado con la luz y con la falta de ella, en la segregación de melatonina. " Es que esa hormona del sueño se segrega en la oscuridad y al tener este horario menos horas de luz puede afectar, pero de forma transitoria y leve", asegura Manuel Fernández, médico del trabajo.
Es el pequeño esfuerzo para adaptarnos a un horario que, en general, gusta más que el de invierno, aunque no para todos. "Los días se hacen demasiado largos, porque aquí en Extremadura hace calor y no puedes salir de casa hasta las doce de la noche", nos cuenta una señora.
En lo que parece haber consenso es que lo mejor es dejar de cambiar la hora y quedarse con un solo horario. Una decisión en la que habrá que ponerse de acuerdo con Europa y que de momento no se espera hasta 2026. Así que mientras tanto los expertos recomiendan no hacer nada. "No tenemos que modificar nuestros hábitos porque cambie la hora, debemos seguir nuestras rutinas", asegura el doctor Manuel Fernández.
Porque en una semana como mucho....nos habremos adaptado al nuevo horario.