Hoy, 29 de febrero, se cumplen cien años del descubrimiento del 'Tesoro de Aliseda'. Fue en 1920. Años antes y de forma recurrente ya había soñado con esta maravilla de oro, piedras y objetos preciosos de origen tartésico la señora Da Silva, una portuguesa afincada en Cáceres. Sugestionado por si pudiera ser una premonión, su marido decide salir a buscarlo. Pero no encuentra nada.
Intentaron venderlo y les denunciaron
Cuatro años después Jerónimo sale al campo con tíos, Jesús y Victoriano, para ayudarles a cavar tierra que después convertirán en barro para hacer tejas.De pronto su pala choca contra algo brillante. El niño avisa a los mayores y todos se ponen a escarbar. Una a una van apareciendo 354 piezas de oro y piedras preciosas. Los hombres deciden guardar el secreto e intentan vender las joyas. Pero les denuncian y la noticia del hallazgo llega a José Ramón Mélida, que les compra el hallazgo para el Museo Arqueológico Nacional por 16.976 pesetas. Allí se encuentra ahora la maravilla de Aliseda, un tesoro de ida y sin vuelta.
