Los notarios son fundamentales en algunas gestiones que requieren dar fe pública tanto en pueblos como en ciudades. En Extremadura, 50 de las 74 notarías que hay son rurales. En ellas, el día a día de estos funcionarios es muy distinto al que tienen sus compañeros urbanitas.
La cercanía es la principal características de estos funcionarios en pequeñas localidades. Aseguran es imposible desmarcar su papel de fedatario público del de vecino o vecina y los asuntos pendientes les llegan incluso paseando al perro o a la hora de realizar la compra diaria. De hecho muchos de sus clientes se convierten en amigos o compañeros a la hora de realizar actividades deportivas como el padel
Los asuntos que mas llegan a estas notarias son los relacionados con la compraventa de fincas rústicas. También muchas herencias y lamentablemente tras la pandemia son muchas las visitas a domicilio que realizan para ser testigos de las últimas voluntades de muchos vecinos y vecinas.
A diferencia de sus compañeros urbanitas, es en verano cuando mas trabajo recae en la notarias rurales al aumentar la población de las pueblos extremeños. Suelen atender a varios municipios en su despacho y eso les obliga desplazarse a localidades cercanas donde muchas veces vecinos y vecinas esperan haciendo cola para que les atiendan.
Todos coinciden en que no cambiarían de momento su despacho por otro en alguna ciudad.