Los expertos ya advertían que relajar las restricciones durante la Navidad era "una temeridad". Pero los ciudadanos no esperábamos que los excesos de diciembre nos dejara una resaca tan trágica. El día 16 de diciembre de 2020, Extremadura tenía una incidencia acumulada a los 14 días de 141 casos por cada 100.000 habitantes. Sólo un mes después, el 21 de enero de 2021, se alcanzaban los 1.467 casos, la incidencia más alta del país y una de las mayores de Europa. Hoy, 40 días después de marcar ese record, la incidencia está por debajo de los 50 casos por cada 100.000 habitantes.
Para poder doblegar la curva, el esfuerzo de todos los extremeños ha sido colosal y las medidas extremadamente estrictas: cierre perimetral de todos los municipios y de todas las actividades no esenciales. Fue una situación similar al confinamiento total de marzo de 2020, pero con los colegios abiertos y la posibilidad de ir a la oficina. Los hospitales comenzaron a estar saturados y las UCIS al límite de su capacidad. La Institución Ferial de Badajoz se convirtió en un hospital de campaña, para un por si acaso, cada vez más posible.
Subidas y bajadas que se aprecian mucho mejor comparadas con la media nacional. Mientras Extremadura registraba subidas de la incidencia de 200 casos en un solo día, en España, ese mismo día, aumentaba en 85. Una diferencia que es más pronunciada en la bajada. Por ejemplo, el 1 de febrero la incidencia a los 14 días bajó en Extremadura en 178 casos por cada 100.000 habitantes. En España, sin embargo lo hace en 22.
Algunos lo han llamado el "milagro" extremeño, pero no hay milagro que soporte 648 fallecidos desde que empezó el año, hace tres meses. Casi el 40% de las víctimas durante la pandemia.