Entramos ya en la sexta semana de confinamiento y conocemos que nos quedan otras tres, como mínimo, de cuarentena, según ha anunciado el presidente. La buena noticia es en los hospitales. Los vemos cada vez menos estresados, aunque el nivel va bajando muy poco a poco. Y casi todos tenemos familiares y conocidos sanitarios, trabajando en la primera línea de esta batalla contra el coronavirus.
Yo tengo a mi suegra en el hospital de Llerena. Carmen es auxiliar de enfermería y trabaja en la planta donde ingresan los enfermos con coronavirus. Se pone el EPI a diario. Ahora no tienen ningún Covid en planta, así que están un poco más tranquilos pero siempre en guardia. Y nosotros, sufridores en casa, también estamos en guardia, temiendo una llamada porque esté aislada, en cuarentena o contagiada y es que los sanitarios son los que tienen más posibilidades de contagiarse.
Pero ella no lo dudó, está muy comprometida con su trabajo y con la crisis sanitaria, y eso que está a punto de jubilarse. Desde aquí le decimos que se cuide, que la queremos y que la apoyamos. Y que aunque hable prácticamente a diario con sus nietos, pronto estaremos otra vez juntos disfrutando de la playa y el campo.
Mujeres como Carmen, las encontramos a casa paso en nuestros hospitales, heroínas por las que salimos todas las tardes a aplaudir. Yo me quedo en casa.
Inmaculada Mateos