Hoy se celebra el Día de la Apnea del Sueño, una patología que afecta a la respiración durante el descanso y puede tener consecuencias graves si no se trata a tiempo. La apnea del sueño es un trastorno que provoca el colapso de las vías respiratorias durante el sueño, impidiendo que las personas afectadas puedan descansar adecuadamente. Aunque en sus fases iniciales no es considerada peligrosa, puede desencadenar problemas de salud serios, como infartos o ictus, si no se diagnostica y trata correctamente.
Uno de los síntomas más comunes de la apnea del sueño es el ronquido continuo acompañado de pausas en la respiración. Para detectar esta patología, los especialistas utilizan dispositivos que monitorizan la respiración de los pacientes mientras duermen. Una vez diagnosticada, el tratamiento varía según la gravedad del caso. Los pacientes con apnea severa son tratados con máquinas de presión positiva continua en las vías respiratorias, que insuflan aire a presión para mantener las vías respiratorias abiertas durante el sueño, permitiendo una respiración normal y un descanso adecuado.
En Extremadura, se estima que alrededor del 30% de la población podría sufrir apnea del sueño. Sin embargo, muchos de estos casos no están diagnosticados, lo que supone un riesgo para la salud de las personas afectadas. La falta de un diagnóstico temprano impide que muchos reciban el tratamiento necesario, lo que aumenta el riesgo de complicaciones graves.
El objetivo de la celebración del Día de la Apnea del Sueño es concienciar a la población sobre la importancia de reconocer los síntomas y acudir al médico si se sospecha que se padece este trastorno. Especialistas en salud recomiendan a las personas que experimentan ronquidos fuertes o pausas respiratorias consultar a un médico para realizar las pruebas necesarias. Con un diagnóstico y tratamiento adecuado, es posible controlar los efectos de la apnea del sueño y evitar sus consecuencias más graves.
Santiago Hernández es neumólogo en el Hospital Universitario de Badajoz, y considera que muchas veces está infradiagnosticada porque el paciente no detecta los síntomas, o los normaliza.