La almendra se ha convertido en un cultivo en auge en Extremadura. En el último año, su producción ha aumentado un 30%, alcanzando las 6.000 toneladas anuales. Esta tendencia refleja la creciente apuesta de los agricultores por este fruto seco, que destaca por su rentabilidad y facilidad de conservación.
Un cultivo rentable en Extremadura
"Equivalen a 19.000 o 20.000 toneladas de almendra en cáscara, que equivale a unas 6.000 toneladas de almendra en grano. Representa aproximadamente un 2% de la superficie total de España, pero un 5% en producción", explica Adrián Anselmo, director comercial de Bioterra.
La alta demanda y el repunte de los precios han impulsado nuevas plantaciones. "Es rentable. Hubo una bajada de precios hace un par de años, pero el último año ha subido y eso hace que sea un cultivo interesante. A partir de este año, seguramente lo será aún más", afirma Anselmo.
El atractivo de la almendra como cultivo también radica en su menor dependencia de la mano de obra en comparación con otros productos tradicionales de la región, como el maíz o el tomate. "No tienes que depender tanto de la mano de obra, y sobre todo, están viniendo grandes productores a Extremadura gracias a la disponibilidad de agua", señala el director comercial de Bioterra.
El clima, un aliado
El clima extremeño también juega un papel clave en la estabilidad de este cultivo. "Tenemos mucha diversidad de plantación y es muy difícil que una helada acabe con una cosecha importante en Extremadura", explica José Antonio Moreno, técnico de campo del departamento técnico de Bioterra.
Actualmente, los campos ya muestran los primeros signos de la floración, lo que augura una buena campaña. "Habrá que esperar por lo menos un mes hasta que cuaje el fruto y sepamos qué cantidad de almendra podremos tener, pero previsiblemente puede ser buena", adelanta Moreno.
Marzo será un mes clave. Si no se registran heladas significativas, la cosecha podría ser especialmente fructífera.