Imagen del incendio en la termosolar de Talarrubias
El incendio ocurrido este fin de semana en la planta termosolar Casablanca de Talarrubias ha sido el caso más grave ocurrido en Extremadura en una central de estas características. "Las termosolares llevan en Extremadura desde el año 2009 y en 13 años apenas se han producido casos, que yo recuerde tres y este sin duda ha sido el más grave", asegura Daniel Encinas, coordinador técnico de AGENEX (Agencia Extremeña de la Energía).
El mayor riesgo de estas plantas está en el fluido que utilizan en los circuitos para retener el calor, llamado HTF, que en caso de fuga provoca un incendio. "Ese aceite sale al exterior y como la presión baja puede provocar un incendio, pero de todos los incendios puntuales que se han producido en España no ha habido ningún herido", nos cuenta Gonzalo Martín, directivo de PROTERMOSOLAR, la asociación española de plantas termosolares.
El HTF genera una nube tóxica que libera gases como el benzeno, que es cancerígeno. También puede provocar daños al medio ambiente, sobre todo a los acuíferos. "Porque estas empresas usan líquidos para retener el calor, sustancias que son tóxicas para las especies acuáticas con efectos nocivos duraderos", asegura Pablo Ramos, de Ecologistas en Acción en Extremadura.
Para evitar accidentes, todas las centrales tienen sistemas de autoprotección regulados y coordinados con los servicios de emergencias. "De hecho es legal y obligatorio que las empresas tengan sus propios medios, como su propio camión de bomberos para atender emergencias como la ocurrida en Talarrubias.
Extremadura lidera un proyecto de investigación europeo para intentar minimizar los riesgos de las termosolares, buscando fluidos alternativos al HTF que sean menos tóxicos.