El Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura acaba de decidir quiénes serán las nuevas Medallas de Extremadura 2021. En esta ocasión, son cinco las personas e instituciones que recibirán el máximo galardón de la región.
Se trata de Josefa Gómez, comadrona en Campanario; el colegio cacereño San Antonio de Padua; el Colegio San Antonio de Padua, de Cáceres; el Instituto de Secundaria Zurbarán de Badajoz: el triatleta Kini Carrasco y el productor de cine José María Fernández de Vega. Los daba a conocer el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara.
Pocos minutos después del anuncio de los galardonados en rueda de prensa, hablábamos con ellos en directo en 'El Sol sale por el Oeste' de Canal Extremadura Radio. Y a pesar de ser tan distintos, tienen algo en común: el sentimiento de gratitud y la emoción de recibir el mayor reconocimiento de Extremadura.
Josefa Gómez, la matrona de Campanario
Josefa Gómez Sánchez es una vecina de Campanario. Tiene 97 años y ha dedicado gran parte de su vida a ser matrona. Su medalla fue propuesta por la Asociación Alma contra la Violencia de Género y recibió el apoyo de más de una treintena de ayuntamientos de la región.
Hemos hablado con su hijo, José María Escudero que nos cuenta que "con 97 años está entre dos PCR tras dar su cuidadora positivo". José María recuerda los "tiempos muy duros" la posguerra en las que su madre "tenía que atender nacimientos en chozos y con candiles y explicarle a la gente la importancia de la higiene y de lavarse las manos". Entre los agradecimientos de Josefa, al presidente de la Junta, a todos los extremeños y en especial, a todo su pueblo de Campanario "por haberle dedicado toda una vida y por el agradecimiento que siempre le ha demostrado".
Reconocimiento a la educación
En esta ocasión hay dos centros educativos galardonados. En Cáceres, el colegio San Antonio de Padua recibe este galardón en el centenario de su fundación y tras recibir también la Medalla de Cáceres. Algunos de sus alumnos ilustres son Pedro Almodóvar, Basilio Sánchez, poeta y jefe de la UCI del hospital de Cáceres; o Piti Hurtado, entrenador profesional de baloncesto. La directora del colegio es Sonia Martín, asegura que la Medalla de Extremadura 2021 "es un orgullo. Esta profesión ha sufrido mucho y ha sido un año muy difícil, pero hemos salido todos muy airosos".
En Badajoz, el Instituto Zurbarán se lleva este año la Medalla de Extremadura. Fue creado en 1845, a propuesta de la Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País. Un referente para muchas generaciones que han pasado por sus aulas. Su director, Rafael Domínguez, reconoce que "no se la esperaban" porque, de hecho, han conocido la noticia a través de Canal Extremadura. Están muy ilusionados "porque es un reconocimiento maravilloso, que hacemos extensivo a toda la comunidad educativa por lo que han trabajado en estos dos años tan difíciles".
La cultura y el deporte, también presentes
La cultura extremeña también tiene reconocimiento este año. Por una parte, José María Fernández de Vega, el responsable de The Glow, una empresa audiovisual radicada en Almendralejo que ha producido varios cortometrajes multipremiados. Hace pocos años creó The Glow Animation Studio para producir la película 'Buñuel en el laberinto de las tortugas', una cinta de animación que ha arrasado con numerosos premios; entre ellos, el Goya a Mejor Película de Animación.
El deporte forma parte del ADN de Kini Carrasco. Compagina su faceta de paratriatleta profesional con su trabajo como monitor "de casi todo" en el Club de Tenis Cabezarrubia de Cáceres, que propuso el galardón. Ha sido preparardor físico del Cáceres de baloncesto cuando jugaba en la ACB, del cacereño de fútbol cuando estaba en segunda. Su trayectoria ha traído a Extremadura grandes títulos. "Llevar a Extremadura siempre en mi pecho es un orgullo; ser imagen de esta tierra y que me reconozcan como ´el extremeño´ es para mi muy importante", confiesa con satisfacción.
Los máximos reconocimientos que otorga la comunidad extremeña se entregarán el 7 de septiembre, víspera del Día de Extremadura, en un acto austero cuya ubicación aún no conocemos, pero que de nuevo, no será el Teatro Romano de Mérida.