Claveles, rosas, clavellinas o cardos... visten los pasos de las cofradías estos días. Y su color no se selecciona de manera arbitraria. Blanco, beig, rosa, o tonos anaranjados, son los colores de las flores que acompañan a las vírgenes en su estación de penitencia.
En Badajoz, la Soledad elige siempre el blanco absoluto. 'Es una tradición. Todas las flores son blancas y delante lleva un frontal entero de rosas del mismo color', nos explica María Dolores Cantero, camarista de la Virgen de la Soledad pacense.
La de Cáceres en cambio, añade al blanco algunos tonos más sobrios, como el malva. 'La vestimos más sobria porque acompaña a su hijo muerto', explica Inés María Ferreira, camarera de la Soledad de Cáceres. Y añade, que sin embargo para la Virgen de la Alegría, la del Domingo de Resurrección, eligen blanco pero añaden otros colores más alegres, para el reencuentro con Cristo Resucitado.
El pasaje bíblico que representa cada paso también marca la gama de colores. El domingo de Resurrección, el blanco adorna tanto a la Virgen como al Resucitado. Y por regla general, para los cristos, el color más habitual es el rojo más intenso. Con claveles se cubre el suelo de los pasos sobre los que se eleva la cruz.
Y también se mezcla en los días centrales de la Semana de Pasión, el morado. Carmen María Gutiérrez, Hermana Mayor de la Hermandad de Jesucristo Yacente, de Badajoz, explica que 'incluso se añaden cardos' al adorno floral del Cristo.
Son miles las que se necesitan para cubrir canasto de un Cristo o el palio de una Virgen. 'Muchas de las flores son donaciones a las cofradías, o promesas que tienen que cumplir, y ésas van todas sobre el paso'. María Dolores Cantero lo sabe bien, en el paso de la Soledad de Badajoz, el cien por cien de las flores son donadas.
Pero por regla general, las flores hay que comprarlas y 'en eso no escatiman las cofradías. La flor te viste el paso', asegura Marcos Sánchez, de la Hermandad del Cristo Yacente y de Cáceres. De hecho, gastan entre 1.500 y 1.800 euros cada año 'depende del número de pasos que saques a la calle', aclara Inés Ferreira.