A las puertas del verano, parece que se nos ha colado un trozo de otoño con estas temperaturas y estas lluvias de última hora. Un agua, que con las campañas de la fruta en marcha, vienen bien si no traen el granizo consigo pues ahorran litros y litros de riego.
"Si las lluvias no vienen acompañadas de pedrisco y no persisten muchos días, creemos que pueden ser beneficiosas", nos cuenta Juan Moreno, de COAG.
"El agua por San Juan, quita vino y no da pan"
Su homólogo en APAG Extremadura Asaja, Juan Metidieri, no es tan optimista y recurre al saber popular para resumir el efecto de estas precipitaciones, con o sin pedrisco. "Ya dice lo dice el refrán: el agua por San Juan quita vino y no da pan".
Enfermedades en el viñedo
Y es que las tormentas han descargado con fuerza en algunas comarcas, como en Tierra de Barros. Y si pronto no remontan los termómetros, la humedad y los valores suaves pueden provocar enfermedades en el viñedo. "Sería muy problemático que a estas alturas viniera un mildiu , con el año tan horrible que llevamos- nos cuenta Catalina García, de UPA-UCE- porque hemos sufrido ya heladas, ha sido un año desastroso".
¿Sin daños en la cereza?
Diferentes valoraciones hay también respecto al daño que ha causado el agua a la importantísima campaña de la cereza. La directora técnica de la D.O. Cereza del Jerte, Pilar Díaz, confirma que el fruto de momento se ha salvado ."El agrietamiento que se suele producir con la lluvia y que es lo que más arruina la cosecha junto con las manchas no se están viendo" confirma Díaz, que ha estado supervisando el campo durante la última semana.
Sin embargo, desde la organización agraria La Unión Extremadura cifran en 17.500 las toneladas de cerezas dañadas. Aseguran que desde el viernes 18 de junio han caído en el Valle del Jerte, La Vera y las Hurdes más de 40 l/m2 de agua durante los tres días del fin de semana, y que ese agua ha coincidido con el estado de maduración de las cerezas, sobre todo en los municipios situados a más altura, donde la recolección de este fruto se encontraba en pleno apogeo.
Un pequeño muestreo que vuelve a corroborar que nunca llueve a gusto de todos, y que una nube a destiempo puede arruinar el trabajo de todo un año en el campo.