Un grupo de investigadores de la Universidad de Extremadura han identificado los parámetros estructurales clave del esmalte natural del diente y proponen incorporarlos a la próxima generación de prótesis dentales, con el fin de dar más resistencia a la fractura y el desgate.
Según ha informado la universidad extremeña, en la actualidad los materiales con los que se elaboran las prótesis dentales se diseñan considerándolos como meras herramientas de corte y trituración y dejan en un segundo plano otras consideraciones relacionadas con el bienestar del paciente.
Por ello, investigaciones recientes en el campo de la odontología protésica apuestan por incorporar a la ingeniería de materiales dentales un enfoque antropológico, lo que los expertos han llamado Antroingenieria.
La idea es entender cómo el diente natural humano, producto de muchos años de evolución, ha desarrollado una estructura única que no la poseen los materiales con los que se fabrican las prótesis artificiales, y cómo la incorporación de elementos de esa estructura a los materiales dentales modernos puede mejorar el producto de ingeniería.
El investigador del Grupo Especializado de Materiales de la Universidad de Extremadura, Óscar Borrero López, junto con otros investigadores de la UEx y colaboradores en el Saint Michael’s College y el National Institute of Standards and Technology de EEUU, estudia cuáles son las características que hacen que el diente natural sea significativamente superior a cualquiera de los materiales artificiales que se utilizan en la actualidad.
La investigación ha demostrado cómo la estructura singular que tiene el esmalte del diente natural a escala de las micras es la responsable en gran medida de sus mejores propiedades en comparación con las prótesis dentales actuales”, según afirma el investigador.
Detalla que las distintas técnicas experimentales empleadas han permitido identificar que la microestructura del esmalte humano consiste en unas "barras (rods)" minerales de diámetro micrométrico, densamente empaquetadas y orientadas perpendicularmente a la superficie de masticación, siendo las uniones entre ‘barras’ relativamente débiles”.
Por ello, incorporar elementos de la estructura del esmalte natural a la próxima generación de prótesis dentales, por ejemplo mediante técnicas avanzadas como la impresión 3-D, implicaría grandes beneficios, como una mayor resistencia a la fractura y al desgaste.
Esto podría traducirse en una mayor durabilidad, con el consiguiente ahorro económico para los pacientes, además de beneficios medioambientales al reducirse el número de prótesis dentales que se utilizarían.