Ha sido un debate tenso por momentos sobre la conveniencia de ampliar la superficie regable de la región. En la Asamblea de Extremadura, la Junta de Extremadura ha defendido que el regadío es un modelo adecuado para garantizar la renta de los agricultores, también en periodos de sequía. En frente, Unidas por Extremadura, que se ha mostrado en contra de la creación de nuevos regadíos como el de Tierra de Barros.
El director general de Agricultura, Antonio Cabezas, ha explicado que el reto es seguir mejorando la eficiencia en el uso del agua. No apoyar el regadío "es impúdico. Eso sí es ir en contra de los agricultores de esta región", ha manifestado.
Por su parte, Irene de Miguel ha calificado de "temeridad" hablar de nuevos regadíos en el contexto climático en el que estamos, y, ha añadido, "es también un fraude a los agricultores".
Extremadura tiene 250.000 hectáreas de regadío, el 60% de riego localizado. Son siete puntos más que la media nacional, pero queda aún mucho trabajo por hacer para garantizar el futuro del regadío, reconoce la Junta. Hay hecho hincapié en la mejora de la eficiencia del regadío y prepararse mejor ante las consecuencias del cambio climático.
Unidas por Extremadura ha pedido al gobierno regional que adopte medidas ante nuevos periodos de sequía. Algunas de ellas pasan, según Irene de Miguel, por más investigación, variedades más adaptadas y técnicas de cultivo que favorezcan la retención de agua.
Comienza el proceso de expropiación de terrenos para el proyecto de regadío de Tierra de Barros