Con 12 ya jugaba en las categorías inferiores del Cáceres de baloncesto y dos años después debutó con el equipo de Segunda División. En 1985 perdió el brazo, en un accidente de tráfico provocado por un coche que hizo un mal adelantamiento. Es la historia de superación de Kini Carrasco.
Recuerda un auténtico calvario de placas, puntos, escayolas. Puso peso y volvió al baloncesto. Al año siguiente, se enteró de que existía el deporte paralímpico y comenzó a practicar atletismo.
Ganó el primer Campeonato de España en el que compitió y después consiguió la mínima para Seúl 88, sus primeros Juegos.
Ahora le han dado la medalla de Extremadura: La medalla, dice, es por algo más que por su carrera: por demostrar que la vida sigue con un poco de empeño.
Es triatleta profesional y también profesor. Inculca a los más jóvenes los valores del deporte y más: Tiene más de 50 años y no piensa en retirarse. Le llaman el abuelo y se acaba de clasificar para el campeonato de Europa de este año.