25 Octubre 2023, 12:00
Actualizado 25 Octubre 2023, 12:00

La alopecia es un trastorno capilar que se manifiesta con la caída del cabello y que puede llegar a afectar a las relaciones personales y ocasionar malestares psíquicos. Existen tres tipos principales de alopecia en mujeres: la androgénica, la areata y el efluvio telógeno.

Se estima que la alopecia androgénica puede afectar hasta a un 50% de las mujeres a lo largo de su vida. Se caracteriza por la pérdida de densidad capilar, principalmente en la zona superior del cuero cabelludo. Tiene un origen hormonal en la que influyen factores genéticos y del estilo de vida como el estrés y la alimentación.

En la alopecia areata suelen aparecer parches de pérdida de cabello en el cuero cabelludo, pudiendo afectar también a otras zonas como las cejas, pestañas o, incluso, el pelo corporal. Es una alopecia de origen autoinmune y está estrechamente relacionada con el estrés.

En el efluvio telógeno, la caída del pelo se produce en todo el cuero cabelludo por igual, pudiendo la paciente notar menor densidad, pero no calvas. Este tipo de alopecia es reversible.

 

Estefanía comenzó a perder su cabello a los 20 años

A Estefanía García Venegas le diagnosticaron alopecia areata universal con 20 años. Estaba todavía en el instituto y, en tres meses, su aspecto físico cambió por completo. "Empecé allá por el año 2012… en un tiempo de unos tres meses... fui teniendo otras calvitas por toda la cabeza hasta que perdí la totalidad de todo mi cabello" ha relatado en el informativo matinal de Canal Extremadura, 'Ahora Extremadura'. 

En el caso de Estefanía, su alopecia ha afectado no solo al pelo de su cabeza, sino también a su vello corporal, incluyendo cejas y pestañas. Un problema que, en un principio, dice, afrontó de manera negativa y con mucha preocupación, sobre todo por cómo iba a influir la pérdida de cabello en actividades cotidianas, como ir a la piscina. 

Sin embargo, 12 años después del diagnóstico, Estefanía indica que han habido avances. "Hoy día lo tengo superado. Hoy día me puedo mirar al espejo y decir... Me acepto, me quiero". Aunque el camino hacia la autoaceptación, afirma, ha sido largo y, a veces, doloroso. Un camino en el que Estefanía ha enfatizado en el papel vital del apoyo familiar, su marido y sus hijos para completar este proceso de aceptación.

 

La fundación A Pelo atiende a unas 200 mujeres en toda España

Nuria Garriga Barón es una de las fundadoras de la asociación A Pelo, un grupo de apoyo a 'pelonas' y 'pelones', como se definen.  Actualmente, en Cataluña, cuentan con unas 80 mujeres y alrededor de 200 en toda España.

En la entrevista, Nuria ha destacado la necesidad de mayor atención y foco sobre la alopecia femenina, para que las mujeres que la padecen no se sientan solas.

Junto a Estefanía, Nuria ha lanzado una invitación a todas aquellas mujeres que están experimentando alopecia a buscar apoyo y ayuda, a aprender a convivir con esta situación y, sobre todo, a aprender a quererse y aceptarse a sí mismas.

 

La importancia de un diagnóstico correcto

Cuando hablamos de alopecia femenina, es muy importante hacerlo analizando el tipo de alopecia. Por ello es fundamental el diagnóstico. El dermatólogo Pablo García afirma que "para hablar de porcentaje de mujeres afectadas por la alopecia, nos gusta precisar según el tipo de alopecia. La alopecia androgénica puede llegar a afectar al 50% de las mujeres y la alopecia areata hasta un 2%. En cuanto al efluvio o renovación del pelo, afecta a prácticamente el 100% de las personas". 

El dermatólogo ha explicado cuál es el proceso de diagnóstico. "En primer lugar, hacemos un test, luego realizamos una tricoscopia con el dermatoscopio para evaluar cómo está exactamente el folículo piloso". Un diagnóstico que, habitualmente, se obtiene antes en mujeres que en hombres, porque son ellas quienes acuden antes a la clínica, afirma. "A menudo vienen con miedo a perder el pelo y quieren saber detalles sobre el tipo de tratamientos que recibirán", continúa.

Como tratamiento para prevenir la alopecia, Pablo García detalla que parte del enfoque incluye promover un estilo de vida saludable. "Un estilo de vida saludable, con una dieta mediterránea, evitar el tabaco, es importante para cualquier alopecia", afirma. Según el dermatólogo, los productos capilares pueden influir, principalmente, en la apariencia del pelo, no en la cantidad. Tratamientos que, en la mayoría de casos, son indefinidos, pero seguros. Tratamientos que producen satisfacción entre los pacientes, que ven pronto resultados.

En cuanto a la irreversibilidad de las consecuencias de la alopecia, Pablo García ha dejado claro que "depende un poco del tipo de alopecia". Hay alopecias en las cuales se produce una renovación del pelo y, por tanto, son completamente reversibles, añade. Y hay otras, en las cuales el folículo piloso se sella o se pierde y, por tanto, son irreversibles.

 

Los trastornos psicológicos tras la pérdida de cabello

La pérdida de cabello, tal y como relataban Estefanía García y Nuria Garriga, puede llevar aparejados problemas de autoestima. Problemas sobre los que también ha hablado la la psicóloga Claudia Cortés. Establece que el pelo ha tenido una  importancia en la evolución humana y un significado de la sexualidad, un significado social, de interacción, de autocuidados, de cuidados y también de comunicación entre unos y otro, afirma. La forma en que las personas se cuidan el pelo, añade, cómo lo peinan y decoran, tiene un trasfondo histórico y cultural.

Claudia Cortés señala que la alopecia supone una experiencia "indiscutiblemente traumática", especialmente cuando comienza a haber conciencia de lo que está ocurriendo. Hay factores genéticos, hereditarios y de salud que pueden llevar a la alopecia. Y debido a la importancia del pelo en nuestra imagen y percepción social, su pérdida tiene un impacto significativo, reconoce.

Sobre si la sociedad está preparada para ver a mujeres sin pelo, la psicóloga considera que cada vez estamos más preparados, pero ha destacado que ha sido un proceso lento aceptar la pérdida de cabello en las mujeres, debido a nuestra asociación histórica y cultural con el pelo.

Precisamente en esta aceptación, Claudia Cortés enfatiza en la importancia de aceptar nuestra imagen corporal. "La aceptación es parte de decir esto es lo que hay, pero yo soy mucho más que el pelo, yo soy mucho más que esto, puedo aportar otras cosas a otro nivel.", añade.

 

Soluciones para ocultar la calvicie

El incremento de casos de alopecia entre las mujeres, asociados al COVID-19, estrés o embarazo, está impulsando un inusitado crecimiento del sector de la micropigmentación capilar.

Andrés Fernández realiza la técnica de micropigmentación en un centro de Badajoz. La micropigmentación capilar es una técnica no invasiva que consiste en realizar un pequeño tatuaje en el cuero cabelludo para simular la presencia de pelo. Andrés afirma que con tan solo tres sesiones los resultados ya son perceptibles y su efectividad se prolonga de cuatro a cinco años. Un procedimiento, afirma, que "no duele absolutamente nada". Es el caso de una de sus pacientes, Silvia, que, afirma, se animó a probar esta técnica al ver los resultados tan satisfactorios en otras personas. 

En este centro pacense, además, ofrecen otras técnicas destinadas a solucionar problemas de alopecia focal, como la micropigmentación de cejas o la redensificación de la línea entre pestañas. 

También hemos visitado una peluquería en Don Benito. En ella, venden prótesis de pelucas para ocultar esta alopecia. Su responsable, Verónica Banda, reconoce que son muchas las mujeres que acuden a su centro. Acuden con muchas dudas y, sobre todo, prejuicios, nos reconoce.

Entre las dudas principales están, en un principio, en la elección entre prótesis de pelo sintético o natural. Las primeras oscilan en unos precios que van entre los 100 y los 500 euros y, en el caso de las de pelo natural, se mueven entre los 800 y 1.000 euros.

En relación a los cuidados, las prótesis de cabello natural se pueden lavar y planchar, pero siempre teniendo cuidado de no dañar el pelo. En el caso de las pelucas sintéticas, no pueden recibir calor, pero sí se pueden lavar, usando productos específicos de posticería.