Con la campaña del tomate a pleno rendimiento en Extremadura, la Guardia Civil lleva desde hace dos semanas inmersa en la campaña especial de vigilancia del transporte del fruto del campo a las fábricas.
Controles que se realizan cada verano y que tienen un claro objetivo: garantizar la seguridad tanto de transportistas como del resto de conductores y evitar accidentes provocados por ejemplo, por el vertido del líquido del tomate, que es altamente deslizante y puede provocar salidas de vía sobre todo, en giros en curvas y rotondas.
Este tipo de vertidos es unas de las infracciones más comunes, junto con el exceso de carga, nos cuenta el teniente adjunto del Subsector de Tráficos de la Guardia Civil de Badajoz, José Manuel Peguero, en uno de esos controles.
Uno o dos controles diarios
La antigua Nacional V en Villafranco del Guadiana, es uno los puntos habituales de estos controles en la provincia de Badajoz. Allí, en la báscula, los agentes controlan el peso y además se supervisan las condiciones técnicas de los vehículos, documentación, el exceso de conducción, y algo clave: las condiciones de las cubas, las mallas y las eslingas que sujetan la carga, como nos detalla el teniente Peguero.
Los conductores se someten a estos controles hasta en dos ocasiones cada día. Algo que entienden porque creen que es necesario, aunque señalan hay elementos difíciles de controlar.
100.000 desplazamientos
Hasta principios de octubre, se esperan unos 100.000 desplazamientos, unos 1.500 diarios para trasladar las 1,8 millones de toneladas, que según ACOPAEX se esperan producir este año. En la pasada campaña se controlaron 1.250 vehículos y se interpusieron 520 denuncias, un siete por ciento más que en el año anterior.