El 70% de la población vacunable con la pauta completa de la vacuna. Es la cifra con la que se alcanza, según el consenso de la comunidad científica, la conocida como "inmunidad de grupo". A partir de la protección de ese porcentaje de la población, se frena de forma efectiva la cadena de contagios y se reduce ostensiblemente la gravedad de la enfermedad en la mayoría de los pacientes.
Un porcentaje que ya superan algunos pueblos extremeños, debido sobre todo a la edad media de su población y a los bajos índices de natalidad. Una situación que hace al menos que los habitantes de estas localidades vivan con cierta tranquilidad.
El pasado jueves, por ejemplo, se inoculaban las últimas dosis en las cinco personas adultas que quedaban por vacunar en Cachorrilla. Entre ellas su alcalde, Rubén Morera, con 30 años es el último niño que nació en esta localidad cacereña de 87 habitantes. No obstante hay cierto miedo ante la llegada de agosto, cuando el pueblo triplica la población: "El año pasado se notó y vino menos gente, pero este año hay ganas de verse y van a venir, aunque no vamos a estar tranquilos aunque estemos vacunados", nos cuenta.
"El año pasado se notó y vino menos gente en verano, pero este año hay ganas de verse"
Por ello, las fiestas que celebran a principios de agosto serán actividades culturales con aforo restringido y publico sentado destaca su alcalde a pesar de haber alcanzado esa esperada inmunidad de rebaño: "Controlaremos el aforo y la distancia de seguridad, no vamos a hacer verbenas ni vaquillas".
En semejante situación se encuentra Orellana de la Sierra, el municipio pacense con una media de edad más alta. Cerca del 90% de su población de más de 12 años ya ha recibido la primera dosis y a pesar de que en agosto multiplicarán sus 248 habitantes por seis, no están preocupados. "La gente confía en la vacuna y está más tranquila", nos cuenta su alcalde, José Alberto Nieto. De hecho, su playa con distancia social ya recibe visitantes de poblaciones cercanas.
La región confía en alcanzar el 70% de la población mayor de 12 años con la pauta completa de la vacuna a finales de julio. En plena quinta ola, ese porcentaje ya no garantiza el total control de la pandemia, pero permitirá al menos frenar la escalada de contagios y hospitalizaciones.