Más que el año pasado, pero mucho menos de lo que se esperaba en mayo. Así es como se afronta la vendimia en la región, que acaba de comenzar. Como siempre, se han empezado a recoger las variedades más tempranas de uva, las que se destinan a cava, pero también las que se han visto especialmente dañadas por la sequía. Y es que, las altas temperaturas y la falta de lluvia han hecho mella en los viñedos.
La Coordinadora Agraria COAG Extremadura estima que se recogerán 430 millones de kilos de uvas y se producirán 3.200.000 hectolitros de vino y mosto. Cifras que, dicen, superan casi en el 30 por ciento a las del año pasado, dado que la campaña resultó pésima, pero que están muy por debajo de lo que se había previsto en primavera.
Sequía
Según el portavoz de COAG Extremadura, Juan Moreno, sin unas condiciones climatológicas tan adversas, este año se esperaba una producción superior a los cuatro millones de hectolitros, "algo que ya se ha dado en la región. En los últimos diez o quince años se ha superado esa cantidad, al menos tres o cuatro veces", apunta.
Eso sí, matiza, no ha habido hongos ni plagas y eso hace que la calidad de la uva sea muy buena. En cuanto a los precios, espera que mejoren algo respecto al año pasado, cuando la media estuvo en 25 céntimos por kilo, a unos nueve céntimos de cubrir el coste de producción, que se situó de media en 36 céntimos.
Vinos
También ha bajado el precio de los vinos, sobre todo de los tintos, según el presidente de Viñaoliva, que agrupa 25 cooperativas y 15 bodegas. Miguel Monterrey explica que cuando empezó la campaña, empezaron a vender a 4,10 euros y ahora están en 2,50. "Aún nos quedan dos o tres millones de litros y los últimos seis millones se han vendido a un precio muy bajo. La gente está consumiendo vino blanco, semidulce, vinos flojos, y el tinto está resultando muy perjudicado", asegura.
Si ha repuntado el precio del mosto. Según cuenta, con ofertas de hasta a 3,30 euros, casi un euro más de lo que están recibiendo por el tinto. "Ahora nos interesa más producir mosto, porque le echamos la mitad de producto que al vino y lo vendemos a mejor precio", añade.
Todo ello, apunta, cuando los costes de producción en bodegas han subido un 300 por ciento, básicamente por la electricidad. Algo que van a denunciar a través de cooperativas agroalimentarias.