Las normas medioambientales de la nueva PAC (Política Agraria Comunitaria) harán que el campo extremeño, según La Unión, gaste un millón de litros de herbicida. Para ser beneficiarios de las ayudas, los agricultores han de tener una cubierta vegetal en el suelo: es decir, no se permite labrar la tierra entre la cosecha y el 1 de septiembre, ni se autorizan tampoco tratamientos agrícolas para las tierras de barbecho.
El presidente de la Unión, Luis Cortés, ha dicho que esto hay que cambiarlo. Ha explicado que esta cantidad se refiere sólo al cereal de verano y que dejar una cubierta vegetal tiene sentido en tierras en las que llueve mucho, como Asturias, pero no el sur.
El gobierno andaluz, afirma, realizó una excepción a esta norma, algo que también debería de hacer Extremadura. Dice que la Junta está a tiempo de impedirlo para la campaña que viene, pero antes han de reunirse con ellos.
Además, desde la organización agraria calculan un consumo añadido de 750.000 litros de glifosato y de 250.000 litros de herbicida para controlar las malas hierbas, como consecuencia de la aplicación de la PAC.
Quema de rastrojos controlada para evitar incendios
Por otro lado, La Unión ha recomendado la necesidad de establecer quemas controladas de rastrojos, durante los meses de invierno, para ayudar a controlar los incendios forestales del verano.
La quema de rastrojos y pastos de cosecha, según la ley de incendios de la Junta de Extremadura, está prohibida en todo tipo de terreno y en cualquier época del año. Solamente se pueden quemar, por motivos fitosanitarios y con informe favorable de la Consejería de Agricultura, que se debe solicitar con una antelación mínima de 15 días.