Los equipos de emergencia alertan del aumento de incendios domésticos con la llegada de los meses de frío. Recomiendan tener un detector de humos en lugares como la cocina o ventilar las estancias en las que se use un brasero de picón o bombona de butano ya que generan monóxido de carbono. Tampoco se deben cubrir los braseros eléctricos con ropa pues esta puede quemarse, ni tampoco sobrecargar las regletas.
También se debe mucho cuidado cuando se estén cargando los teléfonos móviles, tablets o patinetes eléctricos, y no colocarlos sobre un sofá o un colchón. Los bomberos aconsejan, además, que podamos contar con un extintor. La normativa obliga a que haya al menos uno por rellano en los bloques de pisos y, si vivimos en una casa particular, se puede comprar uno por menos de 30 euros.
Huir del humo
El 90% de las víctimas mortales en incendios fallece por asfixia, no por quemaduras. Esto se debe a que en esos momentos de caos, muchas personas intentan escapar de sus casas por pasillos llenos de humo, cuando lo más indicado sería refugiarse en una habitación y pedir auxilio por la ventana o llamando al 112. Nuestra región es una de las comunidades en las que durante el otoño y el invierno más fuegos se declaran en viviendas. Una razón es que pocas localidades tienen acceso al gas natural, por lo que recurren a sistemas de calefacción por combustión, como chimeneas y calderas, que requiere un buen mantenimiento.