Un reciente estudio ha revelado que más del 50% de la miel que se consume en España es adulterada, lo que ha generado preocupación entre los apicultores y consumidores. La miel adulterada se caracteriza por ser mezclada con jarabes de fructosa, es decir, azúcares y agua, lo que reduce su calidad y valor nutricional.
Ante esta situación, los apicultores han alzado su voz para exigir más controles y medidas que garanticen la calidad de la miel que se comercializa en el mercado. "No es por lo que el consumidor cree que está pagando", lamenta un apicultor, quien denuncia que la miel adulterada se vende a precios más bajos, lo que perjudica a los productores de miel pura.
El precio es un factor importante a tener en cuenta
La clave para identificar la miel de buena calidad empieza en el supermercado, según los expertos. El precio es un factor importante a tener en cuenta, ya que las mieles por debajo de 6/7€ son sospechosas. Además, es fundamental revisar la etiqueta para verificar el país de origen y la ausencia de ingredientes añadidos.
"Si aparecen más de un país de origen, es sospechoso", advierte un apicultor, quien explica que la miel de calidad solo debe contener polen y no otros componentes.
En el etiquetado tiene que aparecer los países de procedencia y el porcentaje de cada uno
Ante la presión del sector apícola, el Gobierno ha reaccionado y ha modificado la norma de calidad de la miel, obligando a informar en el etiquetado sobre los países de procedencia y el porcentaje de cada uno. Sin embargo, los apicultores consideran que esta medida no es suficiente y exigen más controles para verificar si se cumple la normativa.
Mientras tanto, los consumidores pueden tomar medidas para identificar la miel adulterada en sus hogares. Una forma sencilla es disolver una cucharada de miel en agua: si la miel se disuelve rápidamente, es probable que esté adulterada, mientras que la miel pura se mantendrá intacta.
Otra forma de identificar la miel de calidad es a través del sabor. "Las mieles puras tienen un sabor característico y no se disuelven en el agua, solo caen", explica un apicultor.
A pesar de los esfuerzos del sector apícola y del Gobierno, la miel adulterada sigue siendo un problema en España. Por ello, es fundamental que los consumidores estén informados y tomen medidas para identificar y evitar la miel de baja calidad.