Dos años después del inicio de la guerra Europa mantiene su respaldo a Ucrania y a su población. Además, para agotar las fuentes de ingresos rusos, la Unión Europea ha adoptado trece paquetes de sanciones, el último la semana pasada. Medidas que no parecen ser suficientes. La invasión rusa ha provocado el desplazamiento de casi 10 millones de personas y sigue teniendo un impacto devastador en la salud de la población y en la situación humanitaria de la zona.
El responsable de comunicación de Médicos sin Fronteras para Ucrania, Igor García, ha expresado en el informativo matinal de Canal Extremadura, 'Ahora Extremadura', ha descrito un entorno de mucha incertidumbre, donde casi 10 millones de personas han sido desplazadas, y otras muchas viven en proximidades a una línea de frente muy larga, de más de mil kilómetros.
Bajo asedio constante por bombardeos, la población sufre, con infraestructuras civiles y de salud devastadas. "Muchas estructuras de salud han sido parcial o totalmente afectadas", ha lamentado el portavoz de Médicos sin Fronteras, que señala que su organización está operando fundamentalmente en zonas bajo control ucraniano.
Al margen de las heridas físicas, García subraya las profundas heridas psicológicas que la guerra ha dejado en la población. Los psicólogos de Médicos sin Fronteras se enfrentan a una demanda alta de tratamientos para estrés, depresión, trastornos del sueño, asistiendo a más de 12.000 personas en consultas individuales sólo durante el año pasado. Situaciones e historias desgarradoras de mucha gente que ha perdido familiares y seres queridos en el conflicto.
La necesidad de seguir informando y prestando apoyo en Ucrania es más viable que nunca para organizaciones como MSF, quienes frente a la inestabilidad y los retos logísticos, continúan su compromiso en zonas de máximo riesgo y necesidad.