Momento clave en la campaña del tomate de este año. Durante estos días se negocian los futuros contratos y, en muchos casos, todavía no está muy claro si habrá siembra. Desde la Asociación de Agricultores de Villanueva pide a los productores que no firmen un precio bajo. Si no hay un precio razonable, les animan, incluso, a continuar sembrando cereal o recurrir a alternativas como el maíz.
Es el caso de Herminio. En el terreno donde debería de haber tomate dentro de dos meses, ahora mismo hay cereal. Como muchos otros, se decantó por esta alternativa, hace meses, ante la escasez de agua de la campaña pasada y las restricciones de riego. "Ahora vemos que los cereales van bastante buenos. El precio del tomate que las industrias está transmitiendo no es bueno, no es atractivo, entonces los agricultores están pensando en dejar el cereal", nos cuenta.
Esta postura, compartida por más productores, puede hacer que la superficie de tomate se reduzca este año por encima de un 20 por ciento con respecto a lo habitual. Una reducción de hectáreas que podría frenarse si se fija un precio para el tomate cercano a lo que piden los agricultores. "Creemos que este año debe valer 166 euros la tonelada para que merezca la pena poner tomate", calcula Herminio. Un precio que dista del que marcan las industrias en la negociación, que se sitúa en torno a los 130 euros por tonelada.
Si la negociación se atasca, muchos seguirán apostando por cultivos como el maíz, que tiene ahora un precio razonable y menos costes. El precio definitivo del tomate se conocerá el martes, cuando se cierre la negociación.