26 Julio 2020, 11:03
Actualizado 26 Julio 2020, 11:03

El ministerio de Agricultura ha presentado al sector un paquete de medidas para asegurar la viabilidad del sector del aceite de oliva en nuestro país. Entre ellas está una nueva norma del etiquetado que diferencie entre el aceite de oliva virgen extra obtenido a través de los sistemas de producción del olivar tradicional del intensivo. El objetivo es que el consumidor tenga en cuenta la calidad de un aceite de oliva obtenido sin dañar el medio ambiente y con una gran carga social.

El olivar tradicional y de montaña es el más extendido en Extremadura, supone el 80 por ciento de la superficie; por eso, todo el sector en la región ha acogido con satisfacción esta medida.

Luz Montero es una de las responsables de la almazara Molero Mazo de Lobón (Badajoz). En el etiquetado de su aceite virgen extra especifican que los olivos son propios y que algunos son centenarios. Son conscientes de la importancia de que el consumidor sepa que la producción tradicional da una calidad extra al aceite. "Al aceite no se le trata igual si es un olivar tradicional ni tiene los mismos cuidados", explica.

Evitar la estafa al consumidor

Ignacio Huertas, de UPA UCE Extremadura, considera que es evidente que existe un gran problema sobre calidades en el virgen extra. A su juicio, "el consumidor debe percibir que lo que está consumiendo es de gran calidad; y, evidentemente, esto tiene un valor porque supone un coste extra para el agricultor". 

Desde Asaja Cáceres, Ángel García Blanco, considera un acierto que se deje claro lo que es un auténtico virgen extra del norma, "y no que continúen estas mezclas que bajo el amparo del nombre de virgen extra supone una auténtica estafa al consumidor".