La última vez que los hermanos del Cristo Negro tocaron a la puerta de la preciosa sangre para sacar al Cristo Negro fue el 18 de abril de 2019. El último miércoles santo que se escuchó a Juan Corrales en Cáceres cantar una saeta. Tampoco se han escuchado en Mérida los redobles de tambor que acompañan al Cristo de la O en su viacrucis hasta el Teatro Romano.
No han sonado las vilortas de los empalaos en Valverde de Vera ni las cadenas de sus hermanos arrastrando por las calles de Jerez de Caballeros. Oliva de la Frontera no ha vuelto a representar su Pasión y, otro año más, Badajoz vuelve a quedarse con la pena de no ver procesionar a su patrona. Igual que en Villanueva de Serena, sin Carrerita de nuevo esta Semana Santa, o Zarza la Mayor, que tampoco ha tenido Reverencia.
Dos años calladas llevan las escopetas y las enaguas se mueren de ganas.