El diestro Miguel Ángel Perera sale por la puerta grande tras cortar dos orejas a su segundo toro en el primer festejo taurino de la Feria y Fiestas San Julián 2021, hoy sábado en Cuenca.
El diestro Miguel Ángel Perera ha cortado tres orejas y ha salido a hombros en el primer festejo de la feria de San Julián de Cuenca, una tarde en la que tanto David Fandila "El Fandi" como Daniel Luque han logrado también pasear un trofeo cada uno.
El Fandi se estrelló de bruces con un primero de corrida totalmente descastado, un toro que no permitió nada al granadino, que nada más que pudo mostrarse voluntarioso en una labor sin ningún eco por lo deslucido que fue el de La Palmosilla.
El cuarto estuvo en las antípodas, un ejemplar de muy buena condición con el que Fandila sacó a relucir todo su repertorio: larga cambiada, lances arrebatados con chicuelinas, espectáculo en banderillas y variedad y mucha entrega en el último tercio, donde primó la cantidad a la calidad.
Pero dio igual, la gente se divirtió de lo lindo con él, por eso, tras un pinchazo, una media de aquella manera y el descabello, acabó cortando una cariñosa oreja.
Perera se las vio en primer lugar con un toro muy medido de raza al que tuvo que "enseñar" a base a de temple, una cualidad innata en el toreo de este diestro extremeño, que, a base de suavidad, de hacerlo todo a favor del animal y de llevarlo muy embebido en la muleta, logró pasajes más que estimables especialmente por el pitón derecho.
Faena técnica y de oficio de Perera, de querer a toda costa para mostrarse por encima de las circunstancias y, tras una certera estocada, pasear la primera oreja de la tarde.
El quinto fue el toro de la tarde, un animal que respondió con más codicia y transmisión a la afrenta que le propuso Perera. El pitón del de La Palmosilla fue el derecho y por ahí lo crujió el extremeño en varias series muy redondas por ligadas y bien compactadas.
Por el izquierdo el animal se quedaba más corto, por lo que el extremeño volvió al otro lado para redondear una importante labor abrochada por manoletinas y una estocada fulminante. Dos orejas.
Daniel Luque exhibió en Cuenca el gran momento que atraviesa para aprovechar y exprimir el poco fondo de su primero, el tercero de corrida, al que encontró la distancia y la altura perfecta para lograr muletazos tan meritorios como perfectamente ejecutados por los dos pitones.
Lo mejor, sin duda, surgió al natural, con pases de uno en uno de extraordinaria hondura y magnífica expresión. El pinchazo previo a la estocada final no fue óbice para la concesión de una oreja.
El sexto, además de descastado, sacó muy mal estilo en la muleta. Luque se mostró por encima de las circunstancias para justificarse sobradamente en una faena a la que le faltó contundencia en la suerte suprema.