Han pasado dos meses de los primeros contagios en Extremadura, aunque parezca que ha transcurrido mucho más tiempo. El 1 de marzo la Consejería de Sanidad anunciaba los primeros cuatro contagios en la región. Los enfermos pertenecían a las áreas de salud Llerena-Zafra, Cáceres y Coria.
Al día siguiente se detectaron dos nuevos infectados en la comunidad y el día 3 el Ministerio de Sanidad confirmaba la primera muerte por COVID-19 en España. Una mujer de 59 años de Arroyo de la Luz fue la primera fallecida en Extremadura el día 11 de marzo. A partir de entonces todo se precipitó.
Ese viernes a mediodía confinaban la localidad cacereña y poco después Pedro Sanchez anunciaba la convocatoria de un Consejo de Ministros extraordinario para decretar el estado de alarma. El 2 de abril Extremadura alcanzaba el pico de fallecidos: 29 en sólo 24 horas. España llegaría dos jornadas después con 950 muertos en día.
Tras tres prórrogas del estado de alarma y una curva de contagios mucho más dócil, el 26 de abril el Gobierno aliviaba el confinamiento de los más pequeños y mañana será el turno de los mayores. Parece que empezamos a ver luz al final del túnel.
