Siete días. Días en los que la gente se ha quedado en casa, leyendo libros y escuchando. Desde entonces, la gente ha descansado y se ha ejercitado. Ha aprendido nuevas formas de ser y se detuvieron y escuchó más profundamente.
Alguno meditaba, otros rezaban y algunos se encontraron con su propia sombra. La gente empezó a pensar de forma distinta, se curó y en ausencia de personas que vivien de manera ignorante, peligrosos sin sentido y sin corazón.
Inlcuso, la tierra comenzó a sanar.