La exposición 'Tempus fugit', con fondos propios del Museo Nacional de Arte Romano, explica en cinco partes cómo entendían, vivían y medían el tiempo en la época romana.
Lo más llamativo, las herramientas para medirlo. Como un reloj portátil, otro de sol, medidores de aceite y agua, o los primeros calendarios. Los romanos ya contaban 365 días al año. Y lo más curioso, el día y la noche tenían el mismo número de horas, doce. Evidentemente, eran horas de distinta duración en función de la estación del año.
El tiempo vital también sorprende sobre todo por la alta mortandad infantil. Uno de cada cuatro niños nacidos, fallecía. Y otro no llegaba a la adolescencia. La esperanza de vida media era de 40 años. En la exposición, podemos ver la lápida de un hombre que falleció en Mérida a los 90 años, como una excepción.
'Tempus fugit' es el título de la exposición temporal, que permanecerá durante un año en la Sala 9 de la segunda planta del MNAR. Además de la época romana, también recoge algunas muestras de la medición del tiempo en otras culturas, como la crsitiana o la musulmana.