Hoy se cumple una semana desde que bares y restaurantes extremeños han podido abrir sus terrazas. La realidad es que pocos se han animado a sacar mesas y sillas a la calle para recibir a los clientes. La gran mayoría siguen cerrados. Dicen que con las condiciones actuales, no les merece la pena. Piden ayudas directas para sobrevivir en esta crisis.
Muchas persianas bajadas durante la fase 1 de la desescalada
En la primera semana de fase 1, la mayoría de bares y restaurantes de la región siguieron cerrados. Desde la Asociación de Empresarios de Servicios Turísticos de Extremadura reconocen que están en una situación complicada. Con las restricciones impuestas para reabrir las terrazas, los ingresos son muy limitados y las cuentas no salen. Por ahora, solo se puede ocupar la mitad de cada terraza, con una separación de dos metros entre mesas y con no más de 10 personas. Unas medidas que, en general, los extremeños han cumplido a rajatabla.
Desde el sector hostelero desean que la 'nueva normalidad' llegue cuanto antes y piden a las administraciones públicas ayudas directas para sobrellevar la crisis.